Brasil le Declara la Guerra a las Papas Fritas, al Refresco y a los Nuggets de Pollo

Por Jerry Hagstrom, National Journal, 18 de noviembre de 2014, Traducción de Diana Hoogesteger, Vía Orgánica AC

Sus nuevos lineamientos marcan la primera vez que un país en vías de desarrollo ha intentado frenar los cambios alimenticios de su población antes de que la comida chatarra domine- como domina en los Estados Unidos de América

En lo que podría ser el ataque más poderoso hacia la comida chatarra publicado por un gobiernos a nivel mundial, Brasil urge a sus habitantes evitar “productos ultra- procesados” como son los nuggets de pollo, las papas fritas y los refrescos.

El nuevo libro de Lineamientos Dietéticos para la población Brasileña dice: “Los productos ultra procesados, a causa de sus ingredientes- tales como botanas empaquetadas, refrescos y sopas instantáneas- carecen de balance nutricional. “

“Como resultado de su formulación y presentación, [los productos ultra-procesados] tienden a ser consumidos en exceso, y desplazan a los productos naturales o de mínimo procesado. Sus formas de producción, distribución, marketing, y consumo dañan a la cultura, la vida social y al medio ambiente,” continúan los lineamientos, los cuales fueron desarrollados con el apoyo de La Organización de la Salud Panamericana  y publicados por el Ministerio Brasileño de la Salud el 5 de Octubre.  Se dieron a conocer en inglés en Washington el viernes en la conferencia de la Universidad de George Washington sobre los nuevos lineamientos dietéticos para Estados Unidos.

Los Lineamientos brasileños tienen importancia internacional porque marcan la primera vez que un país en vías de desarrollo parece intentar poner un alto al cambio en hábitos de los consumidores antes de que la industria moderna de alimentos procesados domine  su dieta y adquisición de comida.

Carlos Monteiro, un profesor en nutrición y Salud de la Universidad de Sao Paulo quien guió al equipo técnico que desarrolló los lineamientos, dijo en un discurso en la Universidad de George Washington, que 70 por ciento de la comida brasileña todavía viene de alimentos frescos o mínimamente procesados.

Pero Brasil es un país de 200 millones de consumidores, el quinto más poblado en el mundo, y es un amplio mercado en potencia para la comida procesada mientras su población sigue creciendo en poder adquisitivo y en urbanización.

“La regla de oro” de los lineamientos, dice Monteiro, es que “siempre se escoja y se prefiera la comida fresca y de poco procesado sobre la comida ultra- procesada.”

El gran problema de la comida ultra- procesada, dice Monteiro, es que interfiere con el consumo de la comida más sana. Si alguien come nuggets de pollo, esa persona no estará comiendo pollo fresco, o alguien que bebe un refresco no estará bebiendo leche al mismo tiempo.

La contribución intelectual de Monteiro en el campo de los lineamientos dietéticos es la palabra “comida ultra- procesada”, que la definió en el 2011 en World Nutrition (Nutrición Global), la revista de la Asociación Mundial para la Salud en Nutrición Pública, porque  la comida “lista para comer o rápida, las botanas o bebidas que típicamente son energizantes, están empobrecidas en nutrientes y son grasosos, azucarados o salados.”

Los lineamientos hacen una diferenciación entre comida “ultra-procesada” y ligeramente procesada, urgiendo a los brasileños a “preferir agua, leche y fruta en lugar de refrescos, bebidas lácteas y galletas,” no “reemplazar platillos preparados de manera fresca (caldo, sopas, ensaladas, salsas, arroz y frijoles, pasta, verduras hervidas y crudas, empanadas, pasteles) con productos que no requieren de una preparación culinaria (sopa de paquete e instantáneas, fideos y pastas instantáneas, comida pre- preparada de hielera, sándwiches, carnes frías y salchichas, salsas industriales, preparados listos para hacer pasteles),” y de “mantener sus postres caseros, evitando consumir los industrializados.”

“Con esto parece que estuviéramos en contra de la industria de la comida, pero no lo estamos,” dijo Monteiro, “La mayoría de la comida que recomendamos tiene cierto grado de procesado,” añadió.

Los industriales de comida brasileña protestaron contra los nuevos lineamientos, pero el gobierno los publicó de todas formas, dijo Monteiro. Las familias de productores apoyan los lineamientos porque éstos estimularán la demanda de sus productos.

Monteiro reconoce que la imagen internacional de la agricultura brasileña es una de amplios campos de soja y de caña de azúcar, y reconoce que Brasil exporta mucha soja que se usa como alimento de ganado y caña de azúcar que se usa para la comida procesada en otros países. Pero señaló que Brasil también produce el resto de la comida de uso en cualquier dieta normal, y muchos de esos alimentos se producen en granjas las cuales el gobierno Brasileño quiere que prosperen.