Benito Juárez, ejido en vilo

Ahí no pararon los ataques: el día 24 por la madrugada, desconocidos derrumbaron el monumento memorial a Ismael y Manuelita frente a la plaza del ejido. Los y las barzonistas reaccionaron ante la provocación-amenaza demando protección al gobierno, que a cuentagotas envió más policía y luego al Ejército. Pero esto desató la ira de los sicarios, que han amenazado de muerte al líder barzonista Martín Solís, alma y cerebro de todas estas luchas.

El gobierno del estado hasta ahora no ha brindado ninguna protección a Martín, como tampoco ha hecho nada por terminar con la impunidad de los menonitas invasores, ni de la minera, ni del contingente de sicarios presentes en el ejido.

Pero las y los ejidatarios de Benito Juárez no van a arriar sus banderas. De seguir la impunidad, de continuar las agresiones y el linchamiento mediático, de resultar tan siquiera herido otro más de ellos, van a tener que suplir la falla y el vacío del Estado armándose y constituyéndose en autodefensas. No tendrán las armas que tienen los criminales, pero valor y entrega les sobra, así lo han demostrado en su corta pero intensa historia.

Con este estado en descomposición, hoy es Iguala; esperemos que mañana no sea el ejido Benito Juárez.