Batalla por el maíz paralizó las siembras transgénicas en el país

Por Milenio, 5 de mayo de 2015

La batalla por el maíz, que enfrenta a los defensores de unas 60 razas criollas fruto de una larga domesticación que se remonta hasta ocho mil años en México y Mesoamérica, con grandes transnacionales que prometen potenciar el cultivo para convertirlo en una de las respuesta al hambre y las plagas, se encuentra trabada.

Los tribunales mexicanos han concedido una suspensión contra las autorizaciones de siembra que la Secretaría de Agricultura federal (Sagarpa) ha  entregado a las empresas.

Frente a frente están los recursos financieros de la propia secretaría y de empresas como Pionner- Dupont, Dow Agroscienses, Syngenta y Monsanto, frente a 33 particulares y 20 organizaciones sociales campesinas, ecologistas o de derechos humanos, subraya la doctora Ana María Ruiz Díaz, integrante de la comisión de comunicación de la Demanda Colectiva Maíz.

En entrevista con MILENIO JALISCO, la vocera destaca que se entabló una novedosa “demanda colectiva” que incluye una exitosa “medida precautoria mientras se desarrolla el juicio, por la cual se encuentran suspendidos los permisos para siembra de maíces transgénicos por mandato judicial desde septiembre de 2013”, refiere.

“La embestida contra la admisión del juicio de parte de los demandados ha sido tremenda, hasta el mes de marzo de 2015 han interpuesto recursos de revocación, de disconformidad, un incidente de nulidad y once juicios de amparo; dentro de estos interpusieron quejas, revisiones, incidentes de suspensión, una reclamación y una solicitud de atracción de una de las quejas a la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Todos han sido resueltos y solo falta que se dicte sentencia en última instancia de un amparo promovido por Syngenta.  Nuestra demanda se ha abierto camino en dos Tribunales Unitarios de Circuito, en seis Tribunales Colegiados y en la Primera Sala de la Suprema Corte; toda esta travesía para someter a juicio los cultivos transgénicos de maíz”, señala.

De este modo, “en abril de 2015 cumplimos 21 meses de juicio colectivo y 19 meses con la suspensión de permisos de siembra de maíz transgénico en todo el país.

La medida precautoria también ha sido impugnada con recursos de revocación, de apelación y con otros once juicios de amparo; pero contra todo ello, la medida precautoria sigue vigente y hemos ganado ocho de los once juicios de amparo”, pone en relieve.

El sustento de la denuncia y de su éxito se da bajo algunas premisas jurídicas como las que siguen: “Las acciones colectivas no sólo son procedentes para reclamar la reparación de algún daño ya causado, sino que dichas acciones también proceden para prevenir la causación [sic] del daño; tratándose de una acción colectiva, el juez debe favorecer el debate del fondo del asunto ante la instancia judicial; corresponderá a los demandados ofrecer las pruebas para demostrar en el juicio que no han ocurrido los hechos ilícitos denunciados, es decir, la presencia ilegal de organismos genéticamente modificados”, y finalmente, que “frente a un interés particular debe considerarse el interés colectivo?”.

– ¿Por qué se dicen afectados por el problema?

– Demandamos que estaban afectando nuestro derecho humano a la biodiversidad del maíz, como consumidores, la demanda la presentamos en julio de 2013 y logramos pedirle al juez, antes las primeras respuestas de las compañías y el gobierno, que dictara una medida cautelar o precautoria, por la cual se suspendiera la emisión de permisos de siembra de transgénicos, en sus tres modalidades, experimentales, pilotos y comerciales; y entonces los 90 y pico permisos de solicitudes se suspendieron, y esta medida nos la otorgaron en octubre del 2013.

– ¿Se tendría que hacer una dictaminación del daño generado por todo lo que se hizo previo a la suspensión?

– Esa fue la fundamentación de la demanda, tuvimos que demostrar que había contaminación, por dos vías: por permisos otorgados sin estar apegados totalmente a la ley, en plantaciones pilotos y experimentales autorizadas desde 2011; y que se está importando maíz de Estados Unidos muy barato, aparentemente para consumo, y no está etiquetado para determinar su origen; parte de ese maíz se siembra, y el gobierno mexicano está desatendiendo la resolución de la Comisión de Cooperación Ambiental de América del Norte, que señala que ese maíz se debe mandar triturado, no en semilla completa, para evitar la contaminación [?] es una recomendación vinculante que debe respetar.