Asesinan en Honduras a otra activista ambiental e indígena

Por La Jornada, 8 de julio de 2016

Lesbia Urquía pertencía a la misma organización que Berta Cáceres

El Copinh responsabiliza al gobierno y a dueños de hidroeléctrica

La activista ambiental hondureña Lesbia Janeth Urquía, dirigente del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (Copinh), fue asesinada de un machetazo en la cabeza por desconocidos luego de ser secuestrada el pasado martes, denunciaron las autoridades y la propia organización no gubernamental.

Urquía, de 49 años, quien pertenecía a la misma organización de la fallecida líder indígena Berta Cáceres, luchaba contra la construcción de una represa hidroeléctrica, fue asesinada en el oeste del país. Había salido de su casa en una bicicleta para realizar sus ejercicios diarios y no regresó, hasta que su cuerpo fue encontrado en un basurero de Marcala, departamento de La Paz.

El hallazgo se produjo en las cercanías de una carretera en la semi rural ciudad de Marcala, 100 kilómetros al oeste de Tegucigalpa, con golpes en la cabeza, dijo un portavoz del Ministerio de Seguridad. La Fiscalía General hondureña anunció la conformación de un equipo especial multidisciplinario para investigar la muerte violenta de la mujer.

La activista participaba desde 2009 en el Copinh, que encabezaba Berta Cáceres, quien fue asesinada en marzo, en un caso en el que se arrestó a cinco personas, entre ellas a un ejecutivo de una represa hidroeléctrica, a cuya construcción se oponía la activista. Otro dirigente del Copinh, Tomás García, fue asesinado días después del crimen de Cáceres, por causas y autores aún desconocidos.

“Este asesinato se produce a cuatro meses y cuatro días del asesinato de nuestra compañera y lideresa Berta Cáceres, y nos confirma la puesta en marcha de un plan por desaparecer a quienes defendemos los bienes comunes de la naturaleza”, señaló el Copinh. Cáceres era reconocida por su lucha contra la hidroeléctrica sobre el río Gualcarque, en territorio lenca.

Añadió que la muerte de Urquía es “un feminicidio político que busca callar las voces de las mujeres que con coraje y valentía defienden sus derechos en contra del sistema patriarcal, racista y capitalista, que cada vez más se acerca a la destrucción de nuestro planeta”.

Urquía luchaba contra la construcción de una represa hidroeléctrica en el municipio de San José en el departamento de La Paz, denominada Aurora 1, propiedad del esposo de la vicepresidenta del Congreso Nacional, Gladys Aurora López, dijo la organización a la que pertenecía en un comunicado. López, además, es presidenta del gobernante Partido Nacional.

El Copinh responsabilizó por el asesinato al gobierno y “a la señora Gladys Aurora López y a su esposo Arnold Castro por ser fuente permanente de amenazas y conflictos por la construcción de proyectos hidroeléctricos en el departamento de La Paz”.