Animales torturados con alimento genéticamente modificado de Monsanto

Por Katherine Paul*, Asociación de Consumidores Orgánicos, 8 de agosto de 2013, Traducido por Mariana Escalante, Vía Orgánica AC

Una cultura que ve a los cerdos como pilas inanimadas de estructura protoplásmica para ser manipuladas como se le pueda ocurrir a la mente humana, verá a sus ciudadanos de la misma manera – y a otras culturas.” – Joe Salatin, Restableciendo la Salud, Riqueza y Respeto a nuestro Alimento y Granjas.

Los humanos asociamos al alimento con el placer, más que con la supervivencia; lo cual no es  tan diferente para los animales. Los corderos salen para comer tréboles y pasto de mostaza, evitando ortigas en el camino,” escribe Dan Barber en Un Chef Que Habla. Los cerdos salvajes, capaces de buscar los nutrientes que necesitan, “disfrutan comiendo nueces, raíces, frutas, hongos, insectos, conejos, y ocasionalmente, animales muertos.”

¿Pero qué pasa cuando los animales son confinados en ambientes pequeños, sucios y alimentados forzosamente con dietas de maíz y soya genéticamente modificados?

Pueden pasar muchas cosas. Los becerros nacen muy débiles para caminar, con articulaciones alargadas y extremidades deformadas. La salud de los cerditos se va deteriorando rápidamente, de forma tan severa que empiezan a destruir sus tejidos y órganos – comiéndose a sí mismos – para sobrevivir. Muchos animales sufren de huesos débiles y frágiles que se fracturan fácilmente. Las vacas lecheras desarrollan mastitis, una infección dolorosa de ubre. El ganado de carne desarrolla abscesos en el hígado y una condición atroz referida como “intestino retorcido.”

Estas condiciones de extrema miseria para los animales son promovidas por los grandes experimentos OGMs de la industria de la agricultura, que viola los derechos de los animales al confinarlos en espacios insuficientes y darles tratamiento inhumano. Además, algunos científicos, granjeros y veterinarios están hablando de otra forma de abuso: rellenar a los animales con alimento cultivado de cosechas genéticamente modificadas, empapadas en glifosato, el ingrediente clave del RoundUp de Monsanto.

Los síntomas que han observado los veterinarios e investigadores en los animales no son diferentes de los problemas de salud crónicos y prevalentes que atacan a los humanos hoy. Desórdenes digestivos. Órganos dañados. Infertilidad. Sistemas inmunes débiles. Depresión crónica.

“Tenemos un verdadero desastre,” dice el Dr Art Dunham, veterinario de Iowa que ha tratado a animales de granja por varias décadas. Dunham es un acérrimo creyente de que las cosechas OGM están destruyendo la salud de los animales y los humanos. Su hija, Leah Dunham, que iba con él a muchas granjas durante varios años, recientemente escribió El Cerdo de Dos Cabezas de E.U.A.