Alto a la siembra de transgénicos; la autorización para que Monsanto siembre soya constituye un desastre socio ambiental incalculable

La decisión de la SAGARPA hace invisible el derecho a la libre determinación de los pueblos indígenas, privándolos de sus propios medios de subsistencia, borrando el reconocimiento a sus saberes ancestrales, a su patrimonio cultural, a su identidad, convirtiéndolos en objeto de explotación de las trasnacionales. Las autoridades mexicanas, al proteger a las trasnacionales cometen una flagrante violación al mandato constitucional establecido en el artículo 39 de la Constitución Federal, de gobernar en beneficio del pueblo mexicano.

Esta medida también refleja la discriminación de género contenida en los proyectos gubernamentales ya que no se consideraron los efectos que el cultivo de soya transgénica traería a las mujeres indígenas y campesinas quienes tradicionalmente conservan las semillas criollas, trabajan y cuidan la tierra. La autorización gubernamental de permitir la siembra de soya transgénica ha desconocido el importante papel que ellas desempeñan en la supervivencia económica de su familia, de la comunidad y de la nación y pone en riesgo inminente su salud, la de sus hijas e hijos, la posesión de sus tierras, su seguridad alimentaria, y aun su integridad física al exponerlas a acciones violentas de despojo ocasionadas por el interés de concentrar y acaparar tierras para la siembra del cultivo referencia, violando las disposiciones contenidas en instrumentos específicos de protección a los derechos de las mujeres, como la Convención para eliminar todas las formas de discriminación hacia las mujeres (CEDAW) así como en el artículo 1 de la Constitución Mexicana.

Afectación del Derecho a la Salud

En la expedición del permiso otorgado a MONSANTO tampoco se evaluaron las consecuencias que se ocasionaría a la salud de hombres, mujeres y niñas y niños. Según amplios estudios científicos, el glifosato puro o mezclado [como en Roundup Ready®] puede causar irritación en los ojos, enfermedades respiratorias, malformaciones en bebés y abortos espontáneos; es carcinogénico, deteriora las células, e incluso puede alterar la estructura de ADN, por tanto no solo afecta a las personas expuestas sino que a todas las futuras generaciones.

Bajo este contexto, en 2009, el “Observatorio del Glifosato”, encontró que los niños expuestos al glifosato sufrieron de malformaciones, cáncer, insuficiencia renal, enfermedades respiratorias y hepáticas. Un dato significativo es que 1/3 de las muertes de niños y adolescentes en el grupo de edad de 0-19 años es atribuible a la contaminación del agua y saneamiento, y sustancias químicas. 6

Se ha comprobado que el glifosato daña a los embriones y la placenta de humanas y animales, provocando abortos y malformaciones. En el estudio “Daños a la salud de Soya Solución Faena (Soja transgénica RR) modificada para tolerar el uso del herbicida Roundup elaborado con base a glifosato”, se establece que afecta la producción de progesterona y propicia la muerte de células placentarias, como antecedente jurídico se menciona el caso de una mujer en Argentina (2001) que dio a luz a un niño con una malformación que le ocasionó la muerte. Este caso dio lugar a la documentación de más de 190 casos de cáncer y malformaciones atribuibles a la fumigación con glifosato. 7

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido que el glifosato está encuadrado en la máxima categoría de las sustancias tóxicas para el ser humano, “siendo capaz de romper la cadena de ADN de una célula humana ,la que podría continuar con vida y degenerar en enfermedades terminales” 8 poniéndose en riesgo la vida del ser humano y de las generaciones futuras.

En razón de todo lo anterior, declaramos que:

Consideramos que la autorización para que Monsanto siembre soya solución faena en Chiapas y en el país, constituye un desastre socio ambiental de incalculables pérdidas para los mexicanos, ya que ninguna cifra económica reparará el daño que se ha producido sobre los ciclos naturales de la tierra, la costa, la naturaleza, y el trabajo campesino. En la actual coyuntura político-electoral, de confirmarse el retorno del Partido Revolucionario Institucional (PRI) ala presidencia de la república mexicana, la situación se agrava, pues la organización campesina corporativa de este partido, la Confederación Nacional Campesina (CNC), ha firmado desde abril del 2007 un convenio con la empresa Monsanto para la siembra no solo de soya, sino de otras variedades transgénicas, así como de siembras de maíces criollos susceptibles de apropiación a favor de Monsanto.