Alarma transgénica en aumento

Al escribir esta nota todo indica que Felipe Calderón no pudo cumplir a Monsanto, autorizando millones de hectáreas de maíz transgénico. Es resultado directo de la enorme oposición social. Pero su secretario de Medio Ambiente, Juan Elvira Quesada, dio un albazo para facilitarlo: a pocos días de dejar el cargo, cambió el reglamento interno de Semarnat para que no sea obligatorio tomar en cuenta los dictámenes técnicos de sus propias dependencias (!). Es que tanto la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), el Instituto Nacional de Ecología (INE) y la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) emitieron dictámenes contrarios a la liberación de maíz transgénico.

Junto a ésta y otras aberraciones, la propuesta de Calderón, ya de salida, para privatizar la propiedad ejidal, núcleo de la revolución zapatista, conforman un vasto ataque a la vida campesina, a las bases culturales, económicas y alimentarias del país, solamente para favorecer a las trasnacionales. Pero como muestran las muchas luchas, Zapata vive en su pueblo –y también el maíz campesino que lo alimenta.

*Investigadora del Grupo ETC