7 principios de la agricultura ecológica

Por Green Peace, 28 de abril de 2015

Greenpeace considera que este modelo es la alternativa para garantizar cultivos y alimentos saludables a largo plazo; proteger el suelo, el agua y el clima, promoviendo la biodiversidad sin el uso de agroquímicos ni cultivos transgénicos.

Te presentamos los siete principios de la agricultura ecológica:

  • Soberanía alimentaria. Es el derecho de los pueblos a determinar quién y cómo se producen los alimentos. La agroecología permite un mundo donde productores y consumidores controlan la cadena alimentaria y no las corporaciones.
  • Un valioso medio de vida rural. La agricultura ecológica contribuye al desarrollo de las comunidades campesinas, a la seguridad alimentaria y a la lucha contra la pobreza porque garantiza un medio de vida rural que es seguro, sano, digno y económicamente viable.
  • Producción y productividad de cosechas más inteligentes. Para aumentar la disponibilidad de alimentos y mejorar los medios de vida en las regiones más pobres, debemos: aumentar la productividad con métodos ecológicos, reducir el desperdicio de alimentos y el consumo de carnes y derivados de animales, así como minimizar la tierra dedicada al cultivo de agrocombustibles.
  • La agricultura ecológica se basa en la diversidad desde las semillas hasta el paisaje, apoyándose y protegiendo la naturaleza mediante el aprovechamiento de la diversidad biológica, sin el uso de transgénicos.
  • Suelos sanos y sostenibles. La agricultura ecológica aumenta la fertilidad del suelo sin el uso de agroquímicos y al mismo tiempo protege los suelos de la erosión, la contaminación y la acidificación.
  • Protección ecológica contra las plagas. La agricultura ecológica busca el equilibrio del agroecosistema, así posibilita a los agricultores el control de plagas y malas hierbas sin el uso de agroquímicos.
  • Sistemas alimentarios resilientes. La agricultura ecológica construye resiliencia para adaptarse a los impactos futuros de un clima y una economía cambiante.

Siguiendo estos principios podemos tener una tierra sana para producir la comida que llega a nuestra mesa.