Por Meritxell Solé
El otoño es una época de transición, las temperaturas son más frescas, los días empiezan a ser más cortos y las lluvias continúan siendo presentes; y nos conduce hacia los fríos días de invierno. De la misma forma que en esta época cambiamos un poco nuestro vestuario – chamarras, suéters, botas, etc- también deberíamos cambiar un poco nuestra dieta, para preparar y proteger al cuerpo de estos cambios de temperaturas y evitar resfriados o gripas.
Quizás te preguntes, ¿es realmente importante cambiar la dieta con los cambios de estación del año? De hecho, sí. A medida que cambian las estaciones, tu cuerpo también experimenta cambios. Las diferencias de los períodos de luz y oscuridad tienen efectos profundos en nuestros ritmos circadianos, y esto puede afectar tu peso corporal -causando pérdida o ganancia- y ocasionar cambios hormonales. Adaptar tu estilo de vida y dieta al clima local para compensar los desequilibrios inducidos por la estación es una de las formas más sencillas de proteger tu salud y bienestar.
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