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DF: La Ley de Residuos Sólidos

Por Rafael Montes, El Universal, Agosto 23, 2010

Cuando el Distrito Federal despierta, sus calles están llenas de basura, de los desperdicios de ayer, de la noche que se fue.

En la ciudad de México, la obligación de no tirar basura en la calle, de reducir los desechos, de evitar contaminar, de no pepenar o de usar adecuadamente los botes, de barrer las banquetas, no se cumple al pie de la letra.

A la Ley de Residuos Sólidos del DF, más allá de su reciente exigencia de no regalar bolsas de plástico, nadie le hace caso, nadie la acata, coinciden ciudadanos.

Los diferentes niveles de gobierno, por su parte, tienen la obligación de orientar a la población sobre las prácticas para la separación de basura, colocar y mantener el equipamiento para depositarla, así como recolectarla periódicamente, entre otras acciones, pero aunque la ley lo dice, la realidad es otra, según los testimonios.

De hecho, según los datos más recientes, las delegaciones Gustavo A. Madero, Cuauhtémoc y Álvaro Obregón no cuentan con el programa de recolección correspondiente, establecido por ley.

Basura a montones

Las hojas de los árboles, envases de vidrio o de plástico, las bolsas que en casa ya no caben y la envoltura de esto y aquello, se cuentan por montañas en esquinas y banquetas del DF.

Generalmente es una abuela o un señor de edad avanzada quienes se preocupan por barrer las banquetas.

Los jóvenes ya no. “Se perdió esa tradición”, dijo una señora.

“La gente sigue tirando mucha basura. He encontrado hasta sillones y colchones aventados en la calle”, se quejó Gloria Rodríguez, empleada del área de limpia de la delegación Cuauhtémoc.

“Yo no creo que hagan falta botes, porque mire, ahí pusieron unos cestos, pero la gente cree que es un basurero para todos los de aquí”, aseguró doña Guillermina Olmos, quien a pesar de sus vecinos, que tiran basura, barre todos los días su calle en la colonia Guerrero.

En la colonia Roma, durante un recorrido realizado por la mañana, las esquinas de sus calles lucen con montañas de basura. Incluso, abajo de los letreros de prohibición de esas acciones.

“Educados no estamos, y sí, aunque es la colonia Roma, sí está muy sucia”, admitió Alicia Estrada, vecina de la zona.

“En las esquinas se acumula la basura porque no pasa el camión o pasa sólo una vez, yo creo que hacen falta contenedores; si el gobierno los pusiera, sería mejor”, consideró la mujer.

En la Condesa pasa algo similar. Además de dejar la basura en las esquinas para que el camión se la lleve, los colonos no separan los residuos. “De todas maneras se revuelve, lo que no hace el gobierno es poner un carro para cierta basura y otro para otra basura”, reclamó una mujer que se dedica a barrer banquetas.

En la unidad Tlatelolco, los vecinos no respetan los horarios para el depósito de basura en los respectivos contenedores y los pepenadores están a la orden del día, revuelven todo y sacan los desperdicios de los botes para seleccionar lo que les sirva, según contaron vecinos.

A la letra

La Ley de Residuos Sólidos del Distrito Federal vigente, modificada por última vez en agosto de 2009 en la Asamblea Legislativa, establece que “es responsabilidad de toda persona”: separar, reducir y evitar la generación de residuos sólidos, barrer diariamente las banquetas y mantener limpios los frentes de sus viviendas, situación que no ocurre en la actualidad.

Además, prohíbe arrojar o abandonar en la vía pública cualquier tipo de residuos, pepenarlos o depositarlos fuera de los sitios destinados.

Pero la realidad es otra. Nadie cumple, aunque las multas son de hasta ocho mil pesos por las infracciones más simples.

“Si empezaran por aplicar la ley, si multaran a la gente que tira la basura en la calle, empezaríamos a ver que las cosas van en serio”, aseguró Laura Elena Herrejón, presidenta de la asociación civil Vecinos Trabajando.

“Falta educación”, afirmó Herrejón. “Y me parece que a la educación, muchas veces, hace falta acompañarla de una sanción; por ejemplo, después de que dijeron ‘ahora sí vamos en serio con el cinturón de seguridad, que, aunque es por tu seguridad, no entiendes…’, ahora ocho de cada 10, lo que hacen primero al subir al auto es ponerse el cinturón de seguridad”.

El fomento al reciclaje es “de risa” opinó. La separación, también. “Las autoridades del la ciudad de México no tomaron en cuenta que requerían de presupuesto para los camiones para que realmente se pudiera separar”, reclamó. En el recorrido se observó que los encargados de recolectar los deperdicios, mezclan material orgánico con inorgánico en los camiones.

Cuando el DF se va a dormir, las calles siguen llenas de basura.

En El Abismo

Por Gustavo Esteva, La Jornada, Agosto 23, 2010

Se acumulan en mi escritorio los asuntos que quiero tratar, pero deben quedar pendientes.

Me gustaría hablar de la comida, por ejemplo. Tiene razón Galeano. En estos tiempos de miedo global, quien no tiene miedo al hambre tiene miedo de comer. Tras las cosechas más altas de la historia nos acosa de nuevo el hambre. Las mismas corporaciones que la causan y destruyen el ambiente llenan de chatarra o veneno los platos de quienes pueden colmarlos… con pleno apoyo gubernamental. Y quiero escribir del movimiento invisible de millones de personas que resisten esas agresiones y empiezan a transformar el mundo alimentario.

¡Hay tantas cosas de qué ocuparse en este mundo en ebullición que nos ha tocado vivir! Pero no puedo apartar la atención del dolor que causa la ampliación y profundización del estado de excepción, al extenderse como paramilitarización en porciones cada vez mayores del país.

Las agresiones a las comunidades zapatistas se han vuelto tan repetidas y cotidianas que dejan de ser noticia. El silencio de los medios se ahonda con el de los partidos y el gobierno, incluyendo naturalmente al PRD, responsable directo de muchos ataques paramilitares en Chiapas y dócil participante en el espectáculo sobre seguridad armado por Felipe Calderón en el Campo Marte.

La entrega de amplios espacios del territorio nacional a los paramilitares guarda a menudo relación con la previa entrega de esos espacios al capital nacional o trasnacional, que exige el desalojo de quienes habitan en ellos y son sus dueños legítimos para poder iniciar la explotación de los recursos. En otros casos se trata de cumplir acuerdos mafiosos para mantener la estructura caciquil y el ejercicio de dominación sobre las comunidades, particularmente entre los pueblos indios. Finalmente, se busca impedir que tengan éxito los empeños autónomos y de mantener bajo asedio a los que logran consolidarse.

Quizás el ejemplo más claro de esta peculiar forma de desmantelamiento del estado de derecho y de pérdida de soberanía y gobernabilidad es el de San Juan Copala. La subordinación al poder paramilitar fue oficialmente reconocida por el gobierno de Oaxaca, en ocasión de la segunda caravana para romper el cerco tendido en torno al municipio autónomo. El siguiente paso en la estrategia que intenta liquidarlo es particularmente ominoso.

En su comunicado más reciente el municipio autónomo hace un llamado urgente, particularmente a la otra campaña:

“El pueblo digno de San Juan Copala se dirige a ustedes para denunciar una vez más la masacre que el poderoso prepara a través de sus grupos paramilitares en nuestra comunidad triqui.”

El comunicado explica cómo la muerte de Anastasio Juárez, hermano del dirigente de UBISORT, derivada de una disputa por el poder político y económico en Juxtlahuaca, fue empleada para que los paramilitares, apoyados por unos 300 policías estatales, retomaran a balazos el control del palacio municipal de Copala. En el episodio, el 30 de julio, desaparecieron dos personas y dos niñas fueron heridas.

La represión se intensificó desde entonces. Cuando los paramilitares abandonaron el palacio municipal y lo ocuparon de nuevo las autoridades del municipio autónomo, el 18 de agosto, se reanudaron los ataques. Desde entonces la comunidad se encuentra bajo tiroteo permanente.

“Como triquis que somos”, señala el comunicado, “denunciamos a las dirigencias que a través de las armas quieren seguir sometiendo a un pueblo que reclama la paz con dignidad… y al mismo tiempo hacemos responsables de lo que nos pueda ocurrir al gobierno de URO por su negativa e incapacidad para detener a los paramilitares.

“Éste es nuestro llamado de auxilio porque sabemos que los paramilitares ya se multiplicaron y amenazan con desalojar a los compañeros del palacio municipal. Tememos por toda nuestra comunidad porque ellos no respetan niños, ancianos, etcétera. Los disparos, las amenazas y la represión no cesan y en el DF el gobierno insiste en quitarnos del plantón…”

Se ha anunciado que el día de hoy, 23 de agosto, saldrá de Oaxaca una nueva caravana, esta vez a la ciudad de México, para dar a conocer a todas las instancias nacionales e internacionales la situación insoportable en que se encuentra la gente de San Juan Copala.

No es asunto menor ni episodio aislado. Casos como el de Copala aparecen claramente como incitaciones a formas de guerra civil que puedan dar apariencia de legitimidad al autoritarismo que deja de estar al acecho para convertirse en realidad cotidiana y general. Copala y los zapatistas ilustran también la capacidad de resistencia y la decisión de no recurrir a la violencia. Son un llamado en que lo urgente se convierte en lo realmente importante.

La Historia de Cap-and-Trade

El último video de Annie Leonard, subtitulado en español. La ambientalista norteamericana que hizo furor con el documental anticonsumista “La historia de las cosas”, esta vez presenta otro video sobre el mecanismo “Cap-and-Trade” (límite y comercio), que fue establecido por Protocolo de Kioto como el principal instrumento para reducir las emisiones de gases de invernadero. Read more

México Podría Ampliar El Mercado de Venta de Bonos de Carbono

Por Adriana Estrada, Teorem Ambiental, Agosto 5, 2010

Para las empresas es una buena fuente de financiamiento; sin embargo, muchas no tienen el conocimiento concreto de cómo funciona este mercado

Aunque México podría ampliar el mercado de venta de bonos de carbono, la falta de financiamiento y de transferencia de tecnología ocasiona que el país se quede en las primeras etapas en este mercado. Read more