‪ ‬Semillas de justicia contra Monsanto‬

Por Coralie Schaub, Libération 2 de diciembre de 2015, Traducción de Ercilia Sahores para Regeneration International

Un grupo internacional de abogados y ONGs lanzaron el pasado el jueves un tribunal internacional para juzgar a la multinacional, a la que acusan de “ecocidio”.                                 

 Monsanto: para que germine la justicia

En momentos en que el mundo se encuentra con los ojos puestos en la COP 21 del clima, en un momento decisivo para el futuro de la humanidad, son pocos los que señalan los daños causados ​​por la agricultura industrial. Sin embargo, este tipo de agricultura contribuye, según diversas fuentes de la ONU, a por lo menos 30% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero procedentes de la actividad humana.

Más precisamente: la expansión de los monocultivos y la agricultura intensiva, sinónimos de deforestación, suelo ralo y uso masivo de pesticidas y fertilizantes petroquímicos. Esta cifra se eleva al 50% si se incluye toda la cadena agroindustrial, incluyendo el procesamiento y el transporte de alimentos, según un informe de la ONG Grain.

Ahora, ¿quién personifica mejor este modelo, también acusado de contaminar el agua, el suelo o el aire, de acelerar la extinción de la biodiversidad y el aumento de lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) llama la “epidemia de enfermedades crónicas prevenibles” (cáncer, alzheimer o parkinson …) y quién también amenaza la soberanía alimentaria de los pueblos, a través de la concesión de patentes sobre semillas y la privatización de la vida? “Monsanto”, responde la fundación tribunal a Monsanto.

Establecido en La Haya, Países Bajos, con el apoyo de movimientos ciudadanos como Vía Campesina, organizaciones no gubernamentales y personalidades internacionales (incluyendo a la ambientalista india Vandana Shiva, quien ya ha causado más de un dolor de cabeza a la multinacional de Saint-Louis, o el australiano Andre Leu, presidente de la Federación Internacional de Movimientos de Agricultura Orgánica), la Fundación tiene la intención de “juzgar los delitos imputados a la multinacional estadounidense en el campo del medio ambiente y la salud y contribuir al reconocimiento del delito de ecocidio en el derecho internacional” (consulte la entrevista en la página 14 para más información).

Pero ésto va más allá de Monsanto, se trata de montar un caso ejemplar   para denunciar “a todas las empresas multinacionales que son movidas ​​por el afán de lucro y con ello ponen en peligro la salud humana y la seguridad del planeta “.

Lanzada oficialmente este jueves, la iniciativa, que Libération seguirá paso a paso durante todo el año, “es única y sin precedentes”, insiste su madrina, la directora y escritora Marie-Monique Robin, quien también le ha causado varios dolores de cabeza al gigante americano desde el lanzamiento en 2008 de el mundo según Monsanto, una serie de entrevistas e inquisiciones que resultaron en la elaboración de una película y libro bajo ese nombre. Nada que ver, dice, con el Tribunal Russell-Sartre, establecido en 1966 para juzgar a los responsables de crímenes de guerra en Vietnam, o con el Tribunal Internacional para los derechos de la naturaleza, que tendrá lugar en París este viernes y sábado en el marco de la COP 21.

Aquellos tienen un “valor pedagógico”, mientras que “el Tribunal Monsanto no es un tribunal de opinión, sino una corte real con verdaderos jueces y abogados, que examinará los cargos reales establecidos mediante las herramientas reales del derecho internacional “, aunque el tribunal no tendrá reconocimiento institucional.

Jueces de los cinco continentes

Para evaluar el comportamiento de Monsanto, el tribunal se basa en los “Principios Rectores sobre Empresas y Derechos Humanos”, aprobado en 2011 por el Consejo de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas.  “Este texto es ahora la referencia más ampliamente aceptada que define las responsabilidades de las empresas en lo que respecta, por ejemplo, al derecho a la salud, o el derecho a un medio ambiente sano”, dice el belga Olivier de Schutter, ex Relator Especial de la ONU para el derecho a la alimentación y profesor de derecho internacional en la Universidad Católica de Lovaina.

De Schutter funge como consejero jurídico y fue él quien preparó el tribunal. Su misión, junto con la abogada y ex eurodiputada francesa Corinne Lepage, es asociarse con juristas de alto nivel magistrados,abogados y jueces de los cinco continentes.

El tribunal, que ha programado una reunión en La Haya del 12 al 16 octubre de 2016, tiene la intención de dar audiencias a hasta cien demandantes de las Américas, Europa, Asia y África.

“Durante el próximo año, el Tribunal Monsanto va a recoger testimonios, realizará una importante labor de recopilación de información, afirmó Olivier de Schutter. Es demasiado pronto para identificar a los testigos o víctimas que el tribunal estará interesado en escuchar. Esta elección también dependerá de la estrategia utilizada por los abogados de las víctimas “.

Monsanto cumplirá con los principios generales de la ley de enjuiciamiento civil de la Corte “siempre que sea posible”. La multinacional será invitada a presentar sus argumentos “.Sería lamentable que Monsanto prefiriera el silencio al debate, destacó el jurista.

Contactado por Liberatión, el grupo considera que “las acusaciones invocadas reiteran conceptos erróneos, inexactos y distorsionados, [que] de ninguna manera reflejan la realidad.”Monsanto ha destacado que en Francia, donde emplea a 600 colaboradores, 200 000 a 300 000 agricultores se benefician anualmente con sus “solucionesde valor agregado.””La seguridad es una prioridad para Monsanto”, vuelve a afirmar la compañía, que reclama “un proceso transparente”, y añadió que ya se realizan “muchos estudios científicos” sobre sus productos.

Monsanto afirma estar “dispuesto a responder a todas las preguntas.”Cuando se le pregunta si el grupo asistirá al Tribunal, no responde.

Pero ¿no es absurdo e inquietante tener que crear un tribunal para enfrentar aquello que las deficiencias de la justicia no juzgan?

“Sería un error decir que nada se ha hecho hasta ahora”, relativiza Olivier de Schutter. Citó el caso de los habitantes de Nitro, la ciudad de Virginia Occidental, donde Monsanto fabrica agente naranja, que en 2013 obtuvo un acuerdo amigable por los daños sufridos por la contaminación por dioxinas.

Productos altamente tóxicos

Otros ejemplos de cosa juzgada son los procedimientos iniciados en contra de la multinacional en septiembre en Los Ángeles y Nueva York por los trabajadores agrícolas que sufrieron cáncer de hueso o leucemia debido a su manejo de Roundup, el herbicida de Monsanto de mayor venta.

También, el caso del agricultor de Charentais Paul Francis, víctima de envenenamiento por Lasso, un herbicida de Monsanto ahora prohibido. Luego de años de lucha, logró en 2012 que se obligara a la multinacional a indemnizarlo.”Esto es una primicia mundial, señala Marie-Monique Robin.Nunca un agricultor se había atrevido a atacar a la firma de San Luis.Y por una buena razón: en mi libro Nuestro veneno diario (2010), narro el calvario que sufriera Paul.Es increíble y no ha terminado “.

Condenada en primera instancia y en apelación, la multinacional ha recurrido ante el Tribunal Supremo este otoño, luego de que el Tribunal de Lyon reconociera que “Monsanto estaba bien informado acerca de la composición de su producto.”

“En última instancia, será en todo caso una condena civil porque, por el momento, ninguna herramienta legal permite la persecución penal de una sociedad o sus directivos, que son responsables de delitos contra la salud humana o la integridad del medio ambiente”, dice Marie-Monique Robin.

De ahí la necesidad de reformar el derecho penal internacional para que reconozca el delito de ecocidio.  “Si este fuera el caso, la multinacional no podría contaminar el medio ambiente impunemente como lo ha hecho durante más de un siglo, y hacer todo lo posible para mantener en el mercado productos altamente tóxicos que causan enfermedades y la muerte de miles de personas”, dijo la madrina de la corte.

Y continúa: “Mira lo que sucede con glifosato, la molécula activa de Roundup, el herbicida más utilizado en el mundo, asociado con los OGM de la firma.Todo indica que estamos frente a un escándalo de salud enorme, muy por encima de lo que ocurrió en su momento con el amianto.Tal como pasó antes con lo los PCB [bifenilos policlorados, o piralenos, contaminantes orgánicos persistentes,   o las dioxinas, Monsanto continúa afirmando que es seguro, cuando sabe que esto es falso.”

Financiamiento Colectivo

Para el suizo Hans Herren, Presidente del Instituto Milenio en Washington, Monsanto es “por mucho uno de los peores” cuando se trata de influir en las autoridades públicas con “datos falsos” sobre la seguridad de sus productos.Aunque otros grupos agroquímicos”, como Syngenta, Bayer o BASF” no se quedan atrás.

“Las cosas están progresando. Pero con demasiada lentitud y demasiado tarde, dice Olivier de Schutter.  Sobre todo, a nivel político permanecen pasivos frente a las señales altamente preocupantes que son emitidas como resultado de estos procedimientos legales “. ¿Cómo se explica esto? ”

Poderosos intereses económicos se encuentran en juego, y estas empresas poseen un sinnúmero de herramientas para protegerse contra los acusados. Además, estos procedimientos son una larga carrera de obstáculos para las víctimas, que dudan a la hora de invertir tiempo y dinero en un litigio con un resultado incierto. Cuando una empresa como Monsanto está a la defensiva, se busca llegar a un arreglo amistoso, con el fin de evitar la aparición de un precedente negativo “.

Cada año, Monsanto utiliza colosales sumas de dinero para enfrentar el proceso al que podrían someterlo las víctimas del uso de sus productos. Pero esto no lleva a un cambio en sus prácticas. “Si continúa siendo más rentable para los accionistas asumir riesgos frente a la comunidad, incluso si deben indemnizar a las víctimas de vez en cuando, cuando se incurre en pleitos, estas prácticas persistirán, dice Olivier de Schutter.Las acciones legales iniciadas caso por caso no son un sustituto para una intervención gubernamental mucho más fuerte “.

Pero, ¿quién va a financiar este Tribunal Monsanto, cuyo costo se estima en 1 millón de €? Tú y yo expresaron sus fundadores que realizaron el día jueves un llamado a  “Todos los ciudadanos del mundo”, a fin de que participen “a través de la plataforma más amplia para financiamiento internacional jamás realizado hasta la fecha.”

(1) www.monsanto-tribunal.org