Refrescos: ¿riesgo edulcorado?

El investigador del Cinvestav, quien en su laboratorio estudia los circuitos cerebrales involucrados en la génesis de la obesidad, dice estar de acuerdo en que el Estado intervenga -en este caso con la aplicación de impuestos- para regular el mercado de bebidas azucaradas. Y aunque considera que la medida tendrá utilidad, cree que afectará sobre todo a los sectores de menores ingresos.

En EU, el mayor consumidor mundial de refrescos, investigadores de la Universidad de California en san Francisco encabezados por Kirsten Bibbins Domingo calculan que un impuesto de un centavo de dólar por onza a las bebidas azucaradas evitaría unos 240 mil casos de diabetes cada año y reduciría su ingesta en 10-15% en una década.

Pero otros estudios, como el de Ketan Patel en la Universidad Northwestern, advierten que las personas con obesidad o diabetes suelen tomar bebidas dietéticas, de manera que elevar el costo de los refrescos en general no contendría el problema.

Los representantes de la industria rechazan la aplicación del gravamen por considerar que no hay garantía de que esta medida “desvíe“ el consumo hacia otros productos sin calorías, además de que -dicen- generará un mercado ilegal. Estiman que del total de refrescos que se consumen en el país (unos 426 mililitros por persona al día o 155 litros al año) entre 6 y 7% corresponde a las bebidas sin contenido calórico.