Panorama de los plaguicidas en México

Todo esto contribuye a que la situación de los jorna- leros sea muy vulnerable, lo que no tiene visos de cambiar mientras no haya interés suficiente de parte de las autoridades y la industria. Los programas existentes, aunque valiosos, son muy limitados, no llegan a todos los que los requieren, ni en la forma en que se requieren.

Respecto al control en el uso de los plaguicidas y la protección de los aplicadores deben reconocerse las iniciativas de la industria que, aunque de poco alcance y motivadas por su interés en el mercado y en la protección de su imagen, han sido positivas y, aunque parcialmente, han suplido lo que el gobierno debería hacer en este tema.

Algunos ejemplos son el programa de capacitación de quienes intervienen en el manejo de agroquímicos y el plan de manejo de envases vacíos conocido como ‘Campo Limpio’ que, a pesar de sus limitaciones, ha propiciado que se hable de un tema antes inexistente de manera oficial y ha auspiciado la coordinación entre agricultores, industria y gobierno para generar programas de recolección de envases vacíos y la creación de centros de acopio para ellos.

Al no haber, en los hechos, una política pública es- pecífica para el control de los plaguicidas, su falta es sustituida con medidas ocasionales, descoordinadas y parciales.

Como consecuencia, falta mucho para que los esfuerzos oficiales, los de la industria y las presiones internacionales logren una reducción real de los riesgos que los plaguicidas presentan para la salud y el ambiente en México, en especial, los que afectan a los sectores más vulnerables de la población o al ambiente de las zonas de alto uso de estos productos.

Los factores ya señalados: deficiencias graves en el marco legal, carencia general de información sobre los riesgos de los plaguicidas entre las autoridades y la sociedad y acciones oficiales insuficientes, descoordinadas y tardías, se potencian en México por la escasa percepción social sobre la magnitud y gravedad de los problemas asociados con el uso de estos productos cuyo resultado es que, a diferencia de lo que ocurre en otros países, no hay una presión social informada, comprometida y continua hacia las autoridades, que pueda catalizar y apoyar los cambios que se requieren en el control de los plaguicidas.

En el cuadro 3 se resumen las características del uso de plaguicidas en México

Recomendaciones

Los puntos más importantes que se deberían atender para mejorar el uso de plaguicidas en México y proteger de manera eficaz a la población expuesta, el ambiente y los consumidores incluyen los siguientes:

Sobre el marco legal:

  • Revisar y complementar la normatividad del caso, de tal modo que proteja realmente a los aplicadores y, en general, a todos los que intervienen en el manejo de plaguicidas.
  • Mejorar la vigilancia de su cumplimiento.
  • Requerir que los jornaleros cuenten con una licencia de aplicador, para obtener la cual deban aprobar un examen sobre seguridad de los productos y los riesgos que representan para ellos y sus familias; esta licencia la deben emitir las autoridades de trabajo y salud y debe tener validez de un año.
  • Dar la mayor difusión posible al marco legal, para que todos los que intervienen en el proceso conozcan sus responsabilidades y sus derechos.
  • Establecer como requisito indispensable para la venta de plaguicidas la presentación de una “receta agronómica” firmada por un profe- sionista especializado, de forma similar a una receta médica.

Sobre las autoridades

  • Fortalecer la infraestructura técnica y ad- ministrativa relacionada con el control de los plaguicidas.
  • Mejorar la preparación del personal de salud, dándole incentivos para que se capaciten en todo lo relacionado con la protección de los trabajadores.
  • Mejorar las condiciones de los centros de salud en las zonas rurales para que puedan participar activamente en la protección de la salud de los expuestos a los plaguicidas y la atención oportuna de las intoxicaciones.
  • Difundir lo más ampliamente posible la cultura del uso responsable de estos productos.
  • Vigilar que el servicio técnico que ofrecen la industria y los distribuidores haga énfasis en la información sobre seguridad y buen manejo de estos productos.
  • Eventualmente, tomar medidas eficaces para proteger a los consumidores de los residuos de plaguicidas que quedan en los alimentos.

Sobre jornaleros y aplicadores

  • Ampliar su capacitación, para que incluya la interpretación de las etiquetas y de las hojas de datos de seguridad de materiales, así como lo relativo al manejo, cuidado e importancia del equipo de protección, mediante ejercicios prácticos.
  • Mejorar su nivel educativo general, para que puedan obtener e interpretar directamente la información disponible, por ejemplo, las eti- quetas y las hojas de datos de seguridad de materiales.
  • Facilitar el acceso de los jornaleros a los equipos de protección personal y capacitarlos para que entiendan su importancia y las razo- nes por las que deben usarlo.

Sobre la investigación

  • Apoyar la obtención de datos confiables sobre los efectos adversos de los plaguicidas para la salud y el ambiente del país de tal modo que, eventualmente, se cuente con un mapa de riesgos que identifique las regiones y los grupos humanos para los que es urgente establecer medidas correctivas y preventivas y, de este modo, fundamentar las acciones de control de los plaguicidas y las modificaciones a la normatividad respectiva.

*Directora general, Ambiente y Salud, AC Información adicional en: Albert LA y Viveros Ruiz AD (2014) Sec- ción Plaguicidas, Capítulos 11 a 19. En: “Golfo de México, Contaminación e Impacto Ambiental. Diagnóstico y Tendencias”, 3a edición, Botello, AV, Rendón von Osten, J, Benítez, JA y Gold Bouchot G (eds.), UACam,