México SA

Con la intención, según dicen, de atemperar la actual crisis del limón, las siempre atentas autoridades mexicanas han amenazado con importar el producto, aunque cierto es que de tiempo atrás se adquiere en los mercados internacionales. Sin embargo, no se abocan a encontrar soluciones tangibles y de largo plazo para rehabilitar al campo mexicano y lo que en él se producía, porque todo lo arregla con importaciones (allí está el caso del maíz), mientras el campo nacional se mantiene postrado.

En este contexto, sólo en el primer año del nuevo gobierno se erogaron alrededor de 24 mil millones de dólares para adquirir alimentos en los mercados internacionales, monto que debe sumarse a los cerca de 200 mil millones de billetes verdes que salieron, por igual concepto, durante la docena trágica panista (Fox y Calderón, por si alguien lo ha olvidado). Lo mejor del caso es que de Miguel de la Madrid a Enrique Peña Nieto, todos los inquilinos de Los Pinos han prometido rescatar al campo, hacerlo productivo y beneficiar a los campesinos. Obvio es que lejos de ello, cada vez importamos más alimentos, el campo mexicano produce menos y los campesinos sobreviven en la miseria.

Las cifras más recientes del Inegi (cierre de 2013) revelan que México importó alrededor de 4 mil millones de dólares en carnes y despojos comestibles; 2 mil millones en leche, lácteos, huevo y miel; cerca de 600 millones en pescados, crustáceos y moluscos (en un país con 11 mil kilómetros de litorales); mil 100 millones en frutas y frutos comestibles; 4 mil 300 millones en cereales; 3 mil 600 millones en semillas y frutos oleaginosos; mil 500 millones en grasas animales o vegetales; mil millones en azúcares y artículos de confitería, y así por el estilo.

Espeluznante balance, pero ¡cuidado!, que según los enterados lo único que está en crisis (por plagas y/o violencia, pero nunca por especulación) es el asunto del limón (precio y producción), porque en Michoacán algo pasa, con todo y que el cítrico se cultiva y se cosecha en otros 26 estados de la República.

Las rebanadas del pastel

¡Felicidades!, mexicanos aguantadores, que la tasa oficial de desocupación abierta en el país se redujo de 4.85 a 4.65 por ciento entre febrero de 2013 e igual mes de 2014. En números cerrados lo anterior quiere decir que en ese año en promedio se generaron 14 puestos de trabajo por día, contra los no menos de 3 mil 300 requeridos. A ese paso, tal vez para el siglo 300 quede resuelto el lacerante problema de la desocupación en el país.

Twitter: @cafevega