México defiende en secreto la chatarra y los refrescos I

En resumen, dijo Zúñiga, México está defendiendo a un conglomerado de empresas que tienen presencia en varios países y que por años, ha ganado miles de millones a costa de un consumidor desinformado.

No hay documentos que tengan el nombre de las empresas que están detrás o que comprueben el conflicto de interés. Pero especialistas coinciden en que la posición de México fue al menos conversada con Coca-Cola, PepsiCo, Nestlé, Bimbo, Danone, Kellog´s, McDonald’s, Jumex, entre otras.

Estas empresas tienen, en promedio, ganancias anuales por más de 1 billón 409 mil 426 millones 760 mil pesos. Tan sólo en México.

EL DISCURSO NO COINCIDE CON LA ACCIÓN

El 31 de octubre de 2013, el Presidente mexicano habló de modificaciones en el etiquetado de alimentos y bebidas, regulación de la publicidad y la implementación de políticas fiscales que gravaran los productos de escaso aporte nutricional.

Para inicios del año siguiente, el nuevo impuesto que aumentaba un peso a las bebidas azucaradas y el nuevo etiquetado entraban en vigor ante el reconocimiento –y exhorto a endurecerlos– de distintos organismos locales e internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP).

Es a partir de esta estrategia en el que queda establecidos los horarios para la transmisión de publicidad en medios de comunicación. Sin embargo, las acciones fiscales quedaron a la deriva.

En 2014 entró en vigor el impuesto a bebidas azucaradas, un peso por litro, 10 por ciento al precio total. La recaudación, de acuerdo con cifras de El Poder del Consumidor, ascendió a 12 mil 400 millones de pesos al mes de octubre y en 18 mil 271 millones al cierre del año. Hasta el momento se desconoce el destino los impuestos recaudados.

La industria refresquera invierte 600 millones de dólares anuales en territorio mexicano y genera 135 mil 332 empleos directos.

El Poder del Consumidor criticó que, en el discurso, México se posicionó ante la ONU como un Estado que procura en la prevención de las enfermedades crónico-degenerativas y habló de la necesidad de emprender políticas de salud contundentes. Actualmente, el país ocupa el primer lugar en obesidad y en consumo de refrescos, con 163 litros per cápita en promedio.

Cada mexicano consume 163 litros de refresco al año. Los refrescos, que no causan saciedad, están relacionados con el aumento de peso en los adultos y es un factor de riesgo para la obesidad y diabetes.

En agosto de 2013, representantes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), establecieron que el impuesto ideal a bebidas azucaradas debía ser del 20 por ciento o más, lo que ayudaría a recaudar de 20 mil a 24 mil millones de pesos y reducir en 26 por ciento el consumo.

De acuerdo con estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), en el país hay 11.3 millones de personas en inseguridad alimentaria, ya sea severa o moderada. Además, 12 por ciento de la población infantil presenta desnutrición crónica después de los cinco años; y antes de los cinco años, en el caso de población indígena.

En junio de 2014, la Secretaría de Economía (SE) de México, a través de su director general de Reglas de Comercio Internacional, emitió un recurso diplomático dirigido a autoridades ecuatorianas, en el que a lo largo de 15 páginas cuestiona y pide modificar el etiquetado de semáforo que se implementó en aquel país.

La carta es firmada por Juan Antonio Dorantes Sánchez, quien antes defendió a la industria del tabaco. [Ver reportaje mañana, segunda parte].