La nutrición en México, entregada a transnacionales

La leyenda es una mentira total. Una madre no “debe procurar” que la dieta de los niños contenga NIDO Kinder, al contrario, se debe eliminar de la dieta del bebé. Los niños de un año de edad todavía son considerados lactantes y, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), no se debe proporcionar azúcar añadida a un bebé menor de dos años. Una sola porción de leche NIDO Kinder contiene 2 y media cucharadas cafeteras de azúcar.

Los productos ultra-procesados no son recomendables, ya que son altos en azúcar, grasa o sal, y bajos en fibra.

Dado que a dichos productos se les extraen las principales propiedades nutricias, posteriormente se les deben reconstituir las vitaminas y minerales, por eso vienen “adicionados”. Por otro lado, los alimentos altos en azúcar, grasa o sal tienen un alto poder adictivo, lo que genera un consumo desmesurado. Si añadimos el profundo ambiente obesigénico que se vive en México -donde la población está continuamente expuesta a productos chatarra o ultraprocesados-, la población sufrirá todas las consecuencias del sobrepeso, obesidad y diabetes, en especial los niños.

La población en general está expuesta a productos que inducen obesidad y diabetes; no se regula a la industria para contrarrestar el problema y tampoco hay presupuesto para hacer campañas masivas para dar una real orientación al respecto. Al contrario, se culpa a las personas haciéndoles creer que el individuo es el responsable, cuando en realidad son las tácticas de la industria (como en esta nueva alianza).

Promover el consumo de productos industrializados de grandes transnacionales no empata en absoluto con el objetivo primordial de esta cruzada, “cero hambre a partir de una alimentación y nutrición adecuada y apoyo a pequeños productores”. Para muestra, basta ver algunos ejemplos de productos promocionados como saludables y que en realidad no lo son.

 ¿Es saludable lo “saludable”?

Una gran cantidad de productos, como las galletas Quaker, no son recomendados para el consumo habitual.

Aunque en algunas ocasiones se utilizan granos enteros para su fabricación, los niveles de azúcar son altos. Tan sólo una barra de Quaker “de avena” contiene cuatro cucharadas de azúcar, y se promociona como una opción saludable. Por otro lado, está la bebida para niños “Agüita Pureza Vital” de Nestlé, que contiene un colorante (caramelo IV) establecido como cancerígeno en California; también contiene altos contenidos de azúcar (tres cucharadas cafeteras), más del máximo recomendado para el día completo de un niño, de acuerdo a la Asociación Americana del Corazón.

Otro ejemplo es un licuado Nestlé de frutas y salvado, que contiene cero gramos de fibra -lo cual indica que las cantidades verdaderas de fruta y cereal son escasas-; además, el total de azúcar es de 13 cucharadas cafeteras de azúcar en tan sólo una botella de 500 mililitros. Son cantidades exageradamente elevadas. Esto es alarmante ya que, aunque el producto se promocione como saludable, no es garantía de que realmente lo sea y la población no está enterada. La hidratación para la población debe ser a través de agua potable y gratuita, no agua embotellada.

La situación alimenticia de México es realmente preocupante, por lo cual las medidas deben de ser contundentes. Más que firmar convenios con grandes transnacionales que son promotoras de una malnutrición generalizada, es importante que se apoye realmente a los pequeños productores. Es de carácter urgente que se trabaje en la raíz de este grave problema.