Campesinos de Haití Marchan en Contra de Monsanto

Mientras tanto, la corte suprema de los Estados Unidos está considerando presentemente el caso de Monsanto contra Geertson Seed Farms, al cual trata los efectos económicos y ecológicos de la contaminación genética de semilla orgánica a través de polen transgénico. Una decisión favorable para Monsanto llevará a la contaminación amplia de alfalfa orgánica, lo cual destruirá la industria lechera orgánica en los Estados Unidos. A pesar de que polen transgénico de Monsanto ha contaminado el maíz mexicano por más de una década, la compañía recientemente recibió permisos del gobierno de ese país para llevar a cabo experimentos de campo sobre maíz transgénico en cuatro estados. México es la cuna del maíz, con miles de variedades nativas. La contaminación del maíz haitiano con polen del híbrido de Monsanto también ocurrirá y podría resultar en que las variedades Haitianas fueran no utilizables para guardar y re-sembrar, obligando a los campesinos a una dependencia de esa compañía.

“La entrada de Monsanto a Haití significará la desaparición de los campesinos”, dijo Doudou Pierre Festil, miembro del Movimiento Campesino del Congreso de Papaye y coordinador de la red Nacional Haitiana de Soberanía y Seguridad Alimentaria. “Si la semilla de Monsanto llega a Haití, la semilla de los campesinos desaparecerá. La semilla de Monsanto creará problemas de salud y medio ambiente. Por eso es necesario para nosotros luchar contra este proyecto de muerte que busca eliminar a los campesinos”.

“Si el gobierno de los Estados Unidos verdaderamente quiere ayudar a Haití, ayudará a los Haitianos a construir su soberanía alimentaria y agricultura sustentable”, bastada sobre sus propias semillas nativas y acceso a la tierra y a crédito. Esta sería la verdadera manera de ayudar a Haití”, dijo Dena Hoff, campesina de una granja diversificada en el estado de Montana y miembro del Comité de Coordinación Internacional de la Vía Campesina.

Las Naciones Unidas calculan que el 75 por ciento del la diversidad fitogenética del mundo ha sido perdida en la medida que campesinos han abandonado su semilla local por semillas de variedades genéticamente uniformes ofrecidas por las transnacionales y en la medida que semillas transgénicas e híbridas han contaminado a las variedades nativas. Homogeneidad genética incrementa la vulnerabilidad de los campesinos a cambios climáticos súbitos y a nuevas enfermedades y plagas, mientras que la agrobiodiversidad de semillas, adaptadas a distintos micro-climas, alturas y suelos es fundamental para poder ser adaptadas al cambio climático.

Las voces que critican las donaciones de Monsanto declaran que la mejor forma de asegurar suficiente semilla para Haití es a través de la colección, conservación y distribución de variedades locales y nativas en bancos de semilla de las comunidades. Las variedades nativas de semillas en Haití han sido desarrolladas y adaptadas a las distintas regiones de Haití a través de varias generaciones, al ritmo de su pueblo. Guardar y resembrar estas semillas reesfuerza la maleabilidad genética, como su capacidad de adaptarse rápidamente a través de generaciones a las cambiantes condiciones de cultivo, y también incrementa la agrobiodiversidad.

Países que son islas están especialmente amenazadas por el cambio climático. Si los Estados Unidos no rectifica su política hacia Haití esta vez, no habrá otra oportunidad. Dada la extensión de la inseguriadad alimentaria y la degradación al medio ambiente en Haití, el país debe adoptar una política de soberanía alimentaria para que su pueblo y su biodiversidad puedan sobrevivir. El 98 por ciento del bosque tropical nativo de Haití se ha perdido, hay una erosión de los suelos muy extensa y la desertificación está incrementando. Haití no puede sostener más destrucción ecológica que traería la imposición de la agricultura industrial. Alternativamente, si el gobierno de Obama apoyara una política de soberanía alimentaria en Haití, el país podría construir un modelo de producción alimentaria que alimentara a todo el pueblo Haitiano con alimentos sanos, que incrementara la biodiversidad y resistencia ecológica y contribuiría a un desarrollo económico local y sustentable. Investigaciones recientes por agroecologistas en la Universidad de Michigan denuestran que agricultura de pequeña escala es más eficiente en conservar e incrementar la biodiversidad y los bosques que la agricultura industrial. xviii Para implementar una política de soberanía alimentaria, Haití debe desarrollarse sin la semilla de Monsanto.

Afortunadamente, los campesinos Haitianos tienen una larga historia de resistencia y lucha. Haití fue la primera colonia en el hemisferio oeste que tuvo un levantamiento de esclavos exitoso y que resultó en una nación independiente en 1804. Haití fue maltratada por los poderes globales emergentes, sobre todo a los Estados Unidos. “Defendemos nuestra agricultura campesina, defendemos la soberanía alimentaria y defendemos el medio ambiente de Haití hasta nuestra gota de sangre”, dice la Declaración Final de la marcha contra Monsanto. “Nos comprometemos a unir nuestras fuerzas para cambiar este estado anti-campesino y anti nacional. Queremos construir otro tipo de estado, un estado que defienda la agricultura campesina, un estado que apoye a los hombres y mujeres rurales en la protección del medio ambiente y la conservación de los suelos y los bosques” xix