Frutas y verduras criollas, nutritivas y sabrosas.

Por Meritxell Solé Estiu

Cada vez más gente es consciente que la comida puede ser la respuesta a nuestros males, enfermedades y desbalances, que si comemos alimentos nutritivos no vamos a necesitar medicamentos o suplementos. Hemos valorado esta noción durante mucho tiempo. Hipócrates ya proclamó hace casi 2.500 años: “que la comida sea tu medicina y la medicina sea tu comida.” En teoría, si llenamos nuestros platos con frutas y verduras frescas, nos acercaremos a una salud óptima. Sin embargo, hoy en día las cosas cambiaron un poco. Si queremos obtener los máximos beneficios para la salud de las frutas y verduras, debemos elegir las variedades correctas.

Estudios publicados en los últimos 15 años muestran que gran parte de nuestros alimentos del campo contienen cantidades relativamente bajas de fitonutrientes, los compuestos con el potencial de reducir el riesgo de cuatro de las enfermedades más devastadoras actualmente: cáncer, enfermedades cardiovasculares, diabetes y demencia. La pérdida de estos nutrientes beneficiosos comenzó ya hace mucho tiempo, cuando dejamos de ser recolectores de plantas silvestres para hacernos agricultores, hace unos 10.000 años.

Cosecha de productos orgánicas. Por Vía Orgánica.

Por un lado, siguiendo nuestro deseo de azúcar, hemos ido seleccionando nuestros alimentos en favor de frutas y verduras con más pulpa, es decir, con más azúcar, que tienen mayor aspecto pero tienen menor contenido de nutrientes y fibra (piel). Las plantas amargas ya no tienen cabida en nuestro plato, los agricultores han ido eligiendo variedades menos amargas, sin considerar que muchos de los fitonutrientes más beneficiosos tienen, de hecho, un sabor amargo o astringente.

Por otro lado, los agricultores han ido seleccionado las variedades que dan más producción, que son las que tienen mayor concentración carbohidratos (azúcares y almidones), en detrimento de la concentración de nutrientes y fibra. Estas frutas y verduras densas en energía y azúcares eran placenteras y proporcionaban las calorías necesarias para alimentar un estilo de vida extenuante – que hoy en día ya no tenemos. Cuanto más sabrosas eran nuestras frutas y verduras, sin embargo, menos ventajosas eran para nuestra salud por su pérdida de nutrientes.

Un ejemplo bien ilustrativo de esta tendencia es el maíz. Tradicionalmente, en el territorio Americano se cultivaban gran variedad de maíz de distintos colores: rojo, amarillo, morado, color verdoso, algunos muy negros, entre otros. Siglos más tarde, aprenderíamos que el maíz negro, rojo y especialmente el morado es rico en antocianinas, un poderoso antioxidante natural que combate el cáncer, es antiinflamatorio, reduce el colesterol y la presión arterial, retarda el proceso de envejecimiento y reduce el riesgo de obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, los agricultores preferían una variedad de maíz amarillo más dulce y con los granos más tiernos, así que fueron seleccionando los maíces con más alto contenido de azúcar.

Foto: Atahualpa Caldera Sosa

Hoy en día estamos viendo un nuevo tipo de malnutrición: personas que están sobrealimentadas pero, paradójicamente, están literalmente desnutridas. Ingieren gran cantidades de calorías “vacías” que no les aportan suficientes nutrientes. Comiendo variedad de alimentos criollos, que nos aportan muchos más nutrientes y antioxidantes que las variedades comerciales, podemos darle a nuestro cuerpo lo que necesita para estar sano y balanceado y evitar las deficiencias nutricionales. Además, ¡las variedades criollas saben mejor! Siguiendo con el ejemplo del maíz, en México encontramos 64 razas distintas de maíz de diferentes formas y colores que se adaptan a diversas necesidades y condiciones agroecológicas. Y al igual que el maíz, contamos con muchísimas variedades criollas de jitomates, chiles, calabazas, frijoles y muchas más frutas, verduras, leguminosas, semillas, etc. Estas variedades nativas están perfectamente adaptadas a las condiciones ambientales de la región, y son una riqueza genética no sólo para los mexicanos sino para todo el mundo. Así que ¡valóralas, búscalas y consúmelas, ellas te aportarán los nutrientes que necesitas para una salud óptima!

Si quieres conocer más razones por las que deberías guardar, cultivar y consumir semillas y variedades criollas lee “10 Razones para Guardar y Cuidar las Semillas Criollas