Experiencias interculturales en el rancho de Vía Orgánica: la visita de Touchstone Community School

Por Meritxell Solé Estiu

Recientemente, el rancho de Vía Orgánica recibió la visita de un grupo de jóvenes estudiantes de Touchstone Community School, una escuela ubicada cerca de Boston, Massachussetts, que se enfoca en el crecimiento intelectual, social y emocional de los niños. ¿El objetivo de la visita? Aprender acerca de los métodos de agricultura orgánica y regenerativa que se implementan en el Rancho de Vía Orgánica, conocer la cultura mexicana y practicar su español. Muchos de estos estudiantes nunca habían viajado fuera de los Estados Unidos, así que uno puede imaginarse que más de uno venía con cierta incertidumbre sobre qué se iba a encontrar en México.

El grupo se hospedó por una semana en nuestras rústicas pero cómodas cabañas de adobe y participó en una gran variedad de actividades prácticas diseñadas por el equipo de Vía Orgánica para que conocieran los diferentes métodos de agricultura orgánica que se ponen en práctica en el rancho. Desde hacer una pila de composta hasta aprender cómo hacer germinados de lenteja o girasol, pasando por encargarse de cosechar la ensalada para sus comidas. El programa también incluía actividades fuera del rancho, para que conocieran la comunidad local. Una de las actividades que los jóvenes más disfrutaron fue la visita a la escuela comunitaria de Lagunilla. Allí, convivieron con los niños de la escuela, hicieron una actividad de semillas y siembra de almácigos, compartieron una deliciosa comida de campo que cocinaron las mamás de la escuela y hasta tuvieron tiempo de jugar un partido de futbol.

Además, visitaron el Charco del Ingenio, el sitio arqueológico de Cañada de la Virgen, hicieron un recorrido guiado por el centro histórico de San Miguel de Allende, visitaron el centro de rehabilitación Crisma y les hicieron una donación de fondos que habían recaudado y, ya el ultimo día, pudieron relajarse en las aguas termales.

Posiblemente, unos de los momentos que los estudiantes esperaban con entusiasmo y expectación eran las comidas. Doña María y doña Vero los deleitaron con sus ricos platos de cocina típica mexicana: tamales, atole, chilaquiles, pozole, sopes de maíz blanco y maíz morado, huevos a la mexicana, salsas, etc; y todo acompañado de tortillas hechas a mano. Algunos de los estudiantes incluso se atrevieron a probar hacer tortillas con sus propias manos y ¡descubrieron que no es tan fácil como parece!

Definitivamente fue una experiencia muy enriquecedora, tanto para los jóvenes estudiantes como para el equipo de Vía Orgánica. Se creó un bonito espacio para aprender y compartir, donde las barreras del lenguaje podían romperse con una simple sonrisa, una mirada de complicidad o un choque de manos.

Tal y como observó Marcel Proust, un novelista francés, “el verdadero viaje de descubrimiento consiste no en ver nuevos territorios sino en ver con otros ojos”. Lo que significa eso es que compartiendo experiencias con otra gente aprendemos sobre sus culturas, ganamos amplitud de miradas y somos capaces de explorar nuevas ideas. Por desgracia, el miedo y el rechazo a lo desconocido vuelve a estar a la orden del día: se levantan muros para separarnos de los demás, por los que nos sentimos amenazados. Pero los muros, justamente, al evitar el contacto entre las personas, nos impide entender otras culturas y estilos de vida. Es por esto que es tan importante para los jóvenes estudiantes de tener una sensibilidad cultural y global más profunda y entender otras culturas diferentes a la suya. Salir de tu pueblo o ciudad, o de entorno habitual te abre las puertas a un mundo completamente nuevo.