Estoy enamorado de las moscas de la fruta; son fascinantes: Ramón Aluja

Por Angélica Enciso L, La Jornada, 5 de diciembre de 2013

El científico fue galardonado en la categoría de tecnología, innovación y diseño

Entenderlas para manipularlas en favor del ser humano, me enloqueció de emoción, afirma el experto

Una de sus investigaciones permitió abrir el mercado de EU al aguacate hass

Martín Ramón Aluja dice que si viviera 300 años no le alcanzaría el tiempo para entender a las moscas de la fruta. Son sofisticadas. Veo el mundo desde su perspectiva y ya me siento en parte una. Estoy más enamorado de ellas que antes. Es premio nacional de Ciencias y Artes en el campo de tecnología, innovación y diseño por sus contribuciones científicas al manejo de plagas, y ha concentrado sus trabajos en ese insecto que daña a frutas y vegetales.

Lleva 35 años en esta investigación. Es un científico repatriado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) que ya planeaba hacer su vida en Europa cuando tuvo la oportunidad de trabajar en el Instituto de Ecología (Inecol) de Veracruz –del cual ahora es director–, y volvió a México.

Dice en entrevista con La Jornada que como ingeniero agrónomo planeaba dedicarse al área de parasitología, pero su maestro, Peter Enkerlin, que lo trajo como chofer por el sureste del país en un estudio sobre los frutos que eran atacados por la mosca, lo introdujo en el tema.

Aluja fue el líder de una investigación publicada en la revista Journal of Economic Entomology en 2004, que sirvió como sustento científico para abrir el mercado estadunidense al aguacate hass de Michoacán, el cual había permanecido cerrado 80 años, y que ha dejado una derrama económica de alrededor de 4 mil 500 millones de pesos a la industria y la creación de unos 50 mil empleos.

Una de las plagas de mayor impacto económico en el mundo

–¿Cómo empezó su trabajo sobre las plagas?

–Toda mi carrera científica ha rondado alrededor de las moscas de la fruta, una de las 10 plagas de mayor impacto económico a escala mundial. En el orbe hay unas 4 mil 500 variedades, de las cuales 15 son de importancia económica, y en México hay unas cinco. Es un mundo de moscas. Atacan todos los frutales comestibles: mangos, ciruelas, naranjas, toronjas, guayabas. Todo fruto que el ser humano se come, esos insectos también lo se lo comen. Entonces entramos en competencia con ellos. El enfoque que tengo es comprenderlas, saber qué es lo que las motiva, los estímulos que utilizan para encontrar un fruto, y las características de los que les gustan, para con base en el conocimiento profundo de su biología, historia natural, de su ecología, desarrollar métodos biorracionales o amigables con el ambiente para poder manejarlas.

Con otros colaboradores tengo una patente que se basa en el desarrollo de un producto que las mismas moscas producen. Cuando ponen un paquete de huevos en la fruta, la marcan con una sustancia química que funciona como señal que manda a sí misma y a otras de la misma especie, para que cuando por azar lleguen a la misma fruta sepan que ya fue utilizada como un recurso. Un grupo de colegas suizos, estudiantes de doctorado y yo identificamos y caracterizamos químicamente esa sustancia, fue lo que derivó en una patente. Hicimos algunas modificaciones para poderla patentar. No mata a la mosca, la repele del árbol o de las frutas. Es un insecticida con un atrayente que es muy apetecido por el insecto y así evitamos el daño.