El Uso Excesivo del Teléfono Celular Puede Cuadriplicar Su Riesgo de Cáncer Cerebral Mortal

Los resultados demuestran que los teléfonos 3G podrían causar más daños que las versiones anteriores, aumentando el riesgo de cáncer cerebral unas cuatro veces. También parece tener un menor periodo de latencia- de tan sólo 10 años, en comparación con los 25 años de las versiones anteriores.

Mecanismo de Daño Propuesto

Un mecanismo de daño, publicado en el 2010,5 explica cómo los campos electromagnéticos dañan sus células y ADN induciendo la respuesta al estrés celular. La investigación realizada por el Dr. Martin Blank,6 PhD y ex profesor de la Universidad de Columbia en el departamento de fisiología y biofísica celular y expresidente de Bioelectromagnetics Society.

Él dio un discurso informativo el 18 de noviembre del 2010 en el programa Commonwealth Club de California, “The Health Effects of Electromagnetic Fields,” y co-patrocinado por ElectromagneticHealth.org.

En su discurso, el Dr. Blank explicó que el ADN, con su estructura de “espiral de bobinas” es muy vulnerable a los campos electromagnéticos. Posee las mismas características estructurales de una antena fractal (conducción electrónica y auto-simetría) y estas dos propiedades permiten una mayor reactividad de ADN a los campos electromagnéticos que otros tejidos.

Además, no se requiere de calor para que ocurra este daño del ADN. El Dr. Blank cree que el potencial de daño de las tecnologías inalámbricas puede ser significativo y que existen investigaciones suficientes que respaldan esta sospecha.

Una revisión de 11 estudios epidemiológicos a largo plazo publicada en la revista Surgical Neurology7 en el 2009, reveló que el uso del teléfono celular durante 10 años o más duplica el riesgo de ser diagnosticado con tumor cerebral en el mismo lado de la cabeza en donde se pone el celular generalmente. Tanto el Dr. Hardell como Carlberg también estuvieron involucrados en ese estudio y estos resultados son muy similares a los resultados de su última revisión, de la cual hablamos anteriormente.

Otro importante estudio, financiado por el gobierno estadounidense y publicado en JAMA 8, 9 en el 2011. Utilizando un scanner cerebral especializado capaz de detectar alteraciones en la glucosa, los investigadores determinaron que la radiación de los teléfonos celulares hace que las células cerebrales metabolicen la glucosa a un mayor ritmo. El metabolismo de la glucosa equivale a la activación de células, por lo que los resultados indican que la radiación emitida por los teléfonos celulares tiene una influencia medible bien definida en su cerebro. Esencialmente, cada vez que pone el celular en su oreja, está activando artificialmente sus células cerebrales. Aunque eso está claro, lo que aún no se sabe es si este exceso de producción de glucosa es dañino o puede causar una casaca de problemas.

Recomendaciones de Sentido Común para Proteger Su Salud y la de Su Familia

Es importante señalar que los investigadores están de acuerdo en que existe un periodo de latencia de unos 10 años o más antes de que aparezcan los signos de daño, lo que pone a los niños en un gran riesgo- un riesgo que se ve potencialmente empeorado con las tecnologías modernas 3G, que parece ser aún más dañina que las versiones anteriores.

Desde mi perspectiva, la evidencia indica claramente que necesitamos tomar nuestras precauciones con respecto al uso del teléfono celular, así como con el uso de otras tecnologías inalámbricas. Hasta que la industria comience a tomarse este problema en serio, la responsabilidad de mantener a los niños a salvo es de sus padres. Para minimizar el riesgo de daño cerebral y cuidar a sus hijos del mismo, siga los siguientes consejos.

  • No deje que su hijo utilice un teléfono celular. Salvo que sea una emergencia de vida o muerte, los niños jamás deberían utilizar un teléfono celular o un dispositivo inalámbrico de ningún tipo. Los niños son mucho más vulnerables a la radiación emitida por los teléfonos celulares que los adultos, debido a que sus huesos craneales son más delgados.
  • Utilice su teléfono celular lo menos posible. Apague su teléfono cuando no lo utilice. Utilícelo únicamente para emergencias o asuntos importantes. Mientras su teléfono esté prendido, emite radiación de forma intermitente incluso cuando no está hablando por teléfono. Utilice un teléfono fijo en casa o en el trabajo.
  • Reduzca o elimine el uso de dispositivos inalámbricos. Es importante preguntarse si es realmente importante utilizar su teléfono celular todo el tiempo. Si tiene que utilizar un teléfono portatil, utilice el tipo más antiguo que opera a 900 MHz. No son más seguros durante las llamadas, pero al menos no emiten tanta radiación cuando no se está haciendo una llamada. Debe tomar en cuenta que la única forma de asegurarse si hay una exposición de su teléfono inalámbrico es midiéndola utilizando un medidor de contaminación electromagnética y debe ser uno que vaya con la frecuencia de su teléfono portátil (por lo que los medidores antiguos no serán de mucha ayuda). Ya que muchos teléfonos portátiles son de 5.8 Gigahertz, le recomiendo buscar medidores RF de más de 8 Gigahertz.
  • Puede encontrar medidores RF en EMFSafetyStore.com. Incluso sin un medidor RF, puede estar seguro de que su teléfono portátil es problemático si la tecnología está etiquetado con DECT o digitalmente mejorado con la tecnología inalámbrica. Alternativamente, usted puede ser sumamente cuidadoso de los lugares en donde coloca las estaciones base ya que estas causan gran parte del problema ya que transmiten señales 24/7, incluso cuando no se está hablando por teléfono. Si puede mantener la estación base al menos unas tres habitaciones de la habitación en la que pasa la mayor parte de su tiempo y especialmente de la habitación en donde duerme, de esa forma podría reducir el daño a su salud. Lo ideal sería que desconectara o apagara su estación base todas las noches, antes de irse a dormir.
  • Límite el uso del teléfono celular para áreas con excelente recepción. Mientras menor sea la recepción, más energía debe transmitir el teléfono y más radiación emite y más profundas y peligrosas las ondas de radio que penetran su cuerpo. Lo ideal es utilizar el teléfono cuando tienen todas las barras de recepción.
  • Evite llevar su teléfono celular muy cerca de su cuerpo y no duerma con el debajo de la almohada o cerca de su cabeza. Lo ideal es ponerlo en su bolsa. Colocar el teléfono celular en el brasier o en la bolsa de la camisa sobre el corazón es peligroso, así como colocarlo en la bolsa del pantalón, si usted busca preservar su fertilidad. El lugar más peligroso sería, en términos de exposición a la radiación, a unos quince centímetros de la antena emisora. No debe exponer su cuerpo a esa área.
  • No asuma que un teléfono celular es más seguro que otro. No existe ningún teléfono celular “seguro.”
  • Respete a los demás, muchas personas son altamente sensibles a los EMF. Esas personas pueden sentir los efectos de otros teléfonos celulares en la misma habitación, incluso cuando no están siendo utilizados. Si usted está en una junta, en el transporte público, en la corte o en cualquier otro lugar público, como el consultorio de su médico, apague su teléfono celular. Los niños también son más vulnerables, así que por favor evite utilizar su teléfono celular cuando haya niños cerca.
  • Utilice auriculares con que estén bien protegidos: los auriculares con cable sin duda le permitirán mantener el teléfono celular lejos de su cuerpo. Sin embargo, si los auriculares no están bien protegidos- que es el caso de la mayoría de ellos- el cable por sí solo puede actuar como antena que atrae y transmite radiación directamente a su cerebro. Así que debe asegurarse que el cable utilizado que transmite la señal a su oído esté bien protegido. Uno de los mejores tipos de auriculares utilizan una protección del cable tipo tubo de aire. Estos auriculares operan como los estetoscopios, transmiten el sonido a la cabeza, el cual en realidad es una onda del sonido real, aunque tiene cables, estos deben estar protegidos, no hay un cable que vaya directamente a su cabeza.