El campo mexicano, con serios problemas desde el fracaso de la revolución verde

Por Boletín UNAM-DGCS-528, septiembre de 2014

Sin seguridad alimentaria es imposible la soberanía, aseguró Minerva Chávez Germán, académica de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán de la UNAM

México ha perdido soberanía alimentaria porque desde el fracaso de la Revolución Verde en el país, el campo afronta serios problemas. “Antes éramos autosuficientes en maíz y frijol, ahora importamos la mayor parte de nuestro consumo interno”, advirtió Minerva Chávez Germán, académica de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán de la UNAM.

A los productores se les apoyó con fertilizantes, semillas mejoradas y agroquímicos. Así se sembraron grandes extensiones de monocultivos. Sin embargo, con el tiempo se ha visto que esto “no es sustentable ni rentable. Hemos acabado con bosques y selvas, y contaminado ríos y lagos”, aseguró la ingeniera agrícola.

Ejemplo de esto son los cacaoteros de Tabasco. Se deforestó selva para su siembra y se abusó de los agroquímicos, lo que creó resistencia de plagas y enfermedades. Ahora presentan grandes problemáticas y sus costos se han elevado, lo que los hace poco rentables.

En México, centro de origen del cacao (el nuestro es uno de los mejores del mundo), su cultivo ha sido abandonado paulatinamente y ahora África es el principal productor. Afortunadamente, los mexicanos comienzan a regresar a los sistemas orgánicos o agrosilvícolas.

“No sólo se trata de asignar dinero, sino de volver al campo. Falta más asesoría técnica, que las escuelas del área formen profesionales con sentido social y capacidad científica, que vayan a trabajar y sientan la tierra como parte esencial de la vida, pero eso también se perdió”, dijo.

Si hay seguridad alimentaria habrá soberanía y para lograrlo hay que retornar a este lugar, porque hemos dejado a los agricultores como una sociedad aparte, expuso.

Deben ser apoyados para que desarrollen sus capacidades al máximo y se integren al mundo de la globalización al transformar y comercializar sus cultivos. Nuestros campesinos saben producir, lo han hecho siempre, a nosotros nos toca guiarlos para mejorar sus mecanismos de producción, comercialización y transformación.

La FES Cuautitlán reafirma el sentido social de los ingenieros agrícolas que forma al acercarlos al campo mexicano. Como parte de su práctica profesional, cada año visitan comunidades productoras de las diferentes zonas.

Los jóvenes buscan familiarizarse con diversos sistemas y beneficiarse de los conocimientos de los productores, a la vez que ellos les muestran nuevas técnicas por medio de la interacción práctica, agregó el académico Job Zaragoza Esparza.

Prácticas de campo de alumnos

En Ingeniería Agrícola se llevan a cabo cinco prácticas de campo intersemestrales, columna vertebral de la carrera, porque ayudan a esclarecer dudas acumuladas a lo largo de los cursos.

Así, los alumnos de tercer semestre van a la cuenca del Papaloapan, a zonas templadas, áridas y cálidas. Es la primera para conocer los sistemas de producción. Los de quinto van al noroeste, a poner en práctica sus conocimientos sobre manejo del agua en regiones donde escasea el recurso y a conocer los sistemas altamente mecanizados de producción de espárrago, trigo y jitomate, y los de séptimo recorren las zonas templadas de centro del país, donde visitan tierras dedicadas a hortalizas y al agave.

Los de noveno, ya con un gran bagaje de conocimientos, acuden a las zonas de trópico húmedo y seco del sureste del país, y este año visitaron áreas cálidas-húmedas de Tabasco y Chiapas, así como cálido-secas en Campeche, Yucatán y Quintana Roo.

En el sureste mexicano, agregó Chávez Germán, los estudiantes de Ingeniería Agrícola realizaron su práctica profesional en sistemas que abarcan agricultura orgánica y convencional en cultivos como coco, palma de aceite, cacao, marañón, café, plantas medicinales, maderas preciosas, producción de forrajes y ganadería.

En Yucatán, por ejemplo, se trabaja con comunidades productoras de chile habanero, cultivo que tiene importancia económica en el desarrollo de esa región; además, la zona tiene la denominación de origen.

Otro caso es el de los cocos, pues no se sabe en qué momento tienen más azúcar y agua. Una joven realizó en Tabasco un estudio sobre los grados brix (contenido total de sacarosa disuelta en un líquido) necesarios para determinar el momento ideal de cosecha.