Crónica de un despojo anunciado en Chiapas

Los gobiernos federal y estatales actuales violan los derechos fundamentales de los pueblos indígenas de México al utilizar estrategias brutales e impunes, como las inexplicables versiones sobre la desaparición de los 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, los encarcelamientos de más de 380 miembros de las autodefensas de Michoacán –muchos de ellos indígenas– y de los líderes yaquis Mario Luna y Fernando Jiménez en Sonora, la agresión directa y paramilitar en los territorios autónomos del EZLN, u otras, como la crisis humanitaria que padecen los niños, niñas, hombres y mujeres centroamericanos a quienes se les ha criminalizado por migrar.

Pero el Estado mexicano también puede recurrir a la violencia sutil o indirecta, como lo muestra la desestructuración de la propiedad social de la tierra, dentro de las leyes secundarias de la reforma energética, o su pretendida “modernización agraria y alimentaria” basada en la aprobación institucional de la biotecnología, los “derrames accidentales” de maíces transgénicos, la promoción de paquetes agroquímicos que contaminan los alimentos y matan la tierra, la aplicación de agrotóxicos que contaminan la miel, afectan a la industria apícola y acaban con las mariposas monarca, entre otras afectaciones.

El Estado es responsable de nuestra excesiva dependencia del sistema agroalimentario norteamericano. Lamentablemente, también de una complicidad criminal con las refresqueras y las trasnacionales alimentarias dentro de una cruzada que constituye un silencioso genocidio nutricional y diabético.

A estos actos de responsabilidad u omisión no puede más que denominárseles como de lesa humanidad, que aunque ya han sido juzgados por el Tribunal Permanente de los Pueblos de Roma en su capítulo México, irán con el tiempo y las luchas de organizaciones ganando un carácter vinculatorio por el que tendrán que responder penalmente, tarde o temprano, quienes hoy representan al poder público.

* Doctor en sociología por la Universidad Paul Valery y la Escuela Superior de Agronomía de Francia; coordinador UCCS-Chiapas.