Cofepris aprueba el consumo humano de maíz tóxico

Por Voltaire, 16 de diciembre de 2012

Desde 2002, la Cofepris autorizó el consumo humano de MON 603, el maíz que causó tumores y muerte prematura a ratas alimentadas con este transgénico. Sin estudios especializados, la dependencia asegura que la población mexicana puede consumir la semilla sin riesgos para la salud. La declaratoria de inocuidad coloca en situación de riesgo la vida de los mexicanos y pone en vilo su cultura. El MON 603, propiedad de Monsanto, está a la espera de ser cultivado por esa trasnacional en Sinaloa, y por Pionner Hi-Bred en Tamaulipas, en más de 1 millón de hectáreas.De 1995 a la fecha, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) ha entregado 112 autorizaciones a trasnacionales para que sus organismos genéticamente modificados sean consumidos por la población mexicana.

La dependencia asegura que el maíz, jitomate, papa, algodón, soya, arroz, canola, remolacha azucarera y alfalfa de Monsanto, Pioneer Hi-Bred, Syngenta, Bayer, Dow AgroSciences, Zeneca, Calgene, DNA Plant y AgrEvo Mexicana pueden ser consumidos sin riesgos para la salud.

La declaratoria de inocuidad de la Cofepris incluye al maíz MON 603, semilla con la que el biólogo molecular Gilles-Eric Sèralini y un equipo de científicos alimentó a 200 roedores durante 2 años.

Los hallazgos de los expertos de la Universidad de Caen y Verona, Francia, publicados en la revista Food and Chemical Toxicology, revelaron que los roedores desarrollaron tumores, malformaciones, problemas hepatorrenales y muerte prematura.

No obstante que los resultados de la investigación, dados a conocer en septiembre de 2012, tuvieron implicaciones internacionales y colocaron en entredicho la inocuidad de los transgénicos –Rusia suspendió toda importación de semillas de ese maíz bajo el principio de precaución, mientras que el gobierno socialista francés encomendó a la Agencia Nacional de Seguridad Sanitaria una evaluación del trabajo de Sèralini y su equipo– el gobierno de Enrique Peña Nieto podría conceder cinco autorizaciones para la siembra masiva del grano tóxico.

A petición de Semillas y Agroproductos Monsanto, SA de CV; Monsanto Comercial, SA de CV, y Pioneer Hi-Bred, a través de su filial PHI México, SA de CV, en Sinaloa y Tamaulipas se podría sembrar a escala comercial maíz MON 603 en, al menos, 1 millón 400 mil hectáreas.

 México, centro de origen y diversidad del maíz

Con 59 razas clasificadas y miles de variedades nativas distribuidas a lo largo y ancho del territorio nacional, México es cuna del maíz (el segundo cereal más importante en el mundo), centro de origen, diversificación y reservorio genético global del grano.

De acuerdo con la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la

Biodiversidad (Conabio), el maíz es el alimento más importante de la dieta mexicana: cada individuo consume en promedio 328 gramos diarios, lo que le provee el 39 por ciento de las proteínas, el 45 por ciento de las calorías y el 49 por ciento del calcio diariamente requerido.

Octavio Rosas Landa, profesor de economía política en la Universidad Nacional Autónoma de México, refiere que el pueblo mexicano se construyó históricamente a partir de la siembra del maíz, no sólo porque lo consume como alimento, sino porque es el eje de la cultura de los indígenas y campesinos: “todos los pueblos indígenas de México tienen al maíz como centro de su cultura. No hay uno sólo que no reconozca en el maíz el eje de todo su desarrollo civilizatorio”.

La Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados, en vigor desde 2005, reconoce la importancia de los centros de origen y centros de diversidad genética. En su artículo 1, fracción 1, señala: “…La nación mexicana es poseedora de una biodiversidad de las más amplias en el mundo, y en su territorio se encuentran áreas que son centro de origen y de diversidad genética de especies y variedades que deben ser protegidas, utilizadas, potenciadas y aprovechadas sustentablemente, por ser un valioso reservorio de riqueza en moléculas y genes para el desarrollo sustentable del país”.

Dicha ley mandata, además en sus artículos 86 y 88 la protección de las especies nativas y las áreas que las contienen de los organismos genéticamente modificados e impide que en los centros de origen y de diversidad de especies animales y vegetales se permita la liberación de transgénicos que pongan en riesgo la salud humana o a la diversidad biológica.