Ante la acumulación por despojo de los espacios rurales

Las organizaciones campesinas han dado un combate importante hasta ahora, han sido las que más consistentemente han impugnado la reforma energética. Pero tienen sus limitaciones: hay fisuras entre ellas, luego tienen que priorizar lo inmediato sobre lo estratégico y hay demandas que las rebasan, además no pueden representar ellas solas todas las demandas productivas, ambientales, territoriales, culturales. Por ello es necesaria una convergencia mucho más amplia para terminar con el despojo, para rescatar los espacios rurales. Eso se planteó desde las Jornadas Nacionales en Atenco y es necesario irle dando forma: ¿cómo construir un espacio de libertad, de comunicación, de lucha conjunta entre las organizaciones campesinas, las coordinadoras indígenas, las comunidades, los grupos de autodefensa, las y los impugnadores de los megaproyectos, las organizaciones derechohumanistas, los colectivos de periodistas, intelectuales y artistas?

Nadie sobraría acá y algunos harían mucha falta, como el EZLN. El asunto sería buscar un poder colectivo con capacidad de convocatoria de toda esta diversidad de actores y con autoridad moral para asegurar la cohesión en momentos clave. La tarea es muy difícil, pero indispensable si se quiere trocar el campo de espacio de despojo a espacio de esperanza.